❤️ ¿Tus emociones te pueden enfermar? ?

¿Existen las enfermedades "psicosomáticas"? ¿Es cierto que uno se puede enfermar por estrés?

¿Puedes identificar en qué parte de tu cuerpo sientes alegría, tristeza, orgullo o coraje?

Seguro te ha pasado alguna vez: mañana tienes un examen y estás nerviosísimo, deseas con todas tus fuerzas que algo extraordinario suceda ¡para no ir! Al día siguiente despiertas con un terrible dolor de estómago; crees que ya te salvaste y… aún así te mandan derechito a la escuela. ¡Ya después del examen te sientes mucho mejor!

Si nuestro cuerpo manifiesta nuestras emociones y pensamientos ¿también nos pueden enfermar?

¿Enfermedades emocionales?

Las enfermedades son el resultado de la interacción entre factores externos y lo que sucede en nuestro interior. 

La relación entre el estado de salud y las emociones es conocida desde hace mucho tiempo. Hipócrates, en el tratado corpus hippocratium describe cómo algunos padecimientos corporales eran causados por las emociones. 

Todos tenemos síntomas físicos provocados por motivos psicológicos. La tristeza produce lágrimas y la vergüenza, sonrojarse. Ante estrés o emoción presentamos una respuesta física, como cuando estás muy presionado y te comienza a doler la cabeza. Pero, cuando los síntomas ya no te permiten seguir con tu vida de una forma normal entonces se le considera un trastorno. Puede ser por un tiempo breve, como padecer un dolor de articulaciones sin una causa evidente y que después desaparece. O puede llegar a ser un problema grave y crónico. Por ejemplo, se ha estudiado que la hipertensión arterial, además de ser determinada por factores genéticos o alimenticios, tiene causas como el estrés, el enojo y hasta ciertos tipos de personalidad.

Somatización

La somatización es un mecanismo de defensa inconsciente que convierte un malestar emocional, como la ansiedad, depresión, estrés o un evento traumático en un síntoma físico; aunque a veces son vagos y no tan específicos, algunos de los síntomas pueden ser: dolor en diferentes partes del cuerpo, agotamiento, problemas gastrointestinales, palpitaciones, falta de aire, mareos, alteraciones de la visión y comezón.

Manifestar síntomas de diabetes aun cuando tus niveles de azúcar en sangre son normales, puede tratarse de un trastorno de síntomas somáticos. También puede ser que sí padezcas una enfermedad diagnosticada, pero que, por causas psicológicas, tu padecimiento sea mucho mayor de lo normal. Por ejemplo, una persona con una glándula tiroides que trabaja poco se sentiría agotada, pero si su enfermedad es regulada con medicamentos y se observa que sus niveles hormonales son normales el paciente debería sentirse mejor. 

Psiconeuroendocrinoinmunología

Aún se estudia el mecanismo a través del cual algo mental se traduce en malestar. Existe una rama de la ciencia que estudia cómo interaccionan  las funciones mentales con los sistemas nervioso, endocrino e inmune, y se llama: psiconeuroendocrinoinmunología. Cada persona interpreta, de acuerdo con sus sistema interpretativo de creencias, las situaciones estresantes que pueden generar sentimientos de miedo, rabia, depresión, desprotección o desesperanza. Estas emociones activan mecanismos bioquímicos a nivel del hipotálamo, hipófisis y glándulas suprarrenales que deprimen y/o suprimen la respuesta inmune y desarrollan diversos procesos patológicos.

En casos extremos la somatización puede causar ceguera, parálisis o epilepsia. La neuróloga Suzanne O'Sullivan relata en su libro “Todo está en tu cabeza” los casos más increíbles; como el de Linda, una paciente que descubrió un pequeño bulto en el lado derecho de su cabeza. Este bulto era en realidad grasa acumulada, pero ella aseguraba que el bulto llegaba hasta su cerebro. Perdió todo movimiento y sensibilidad de su lado derecho del cuerpo. Linda no sabía que el hemisferio derecho del cerebro controla la parte izquierda del cuerpo y su mente se equivocó al crear los síntomas, sus pensamientos le provocaron una enfermedad que no tenía. Es difícil diagnosticar estos trastornos, ya que el médico debe descartar todos los orígenes posibles de una enfermedad antes de aventurarse a aseverar que el origen de un malestar es psicológico.

Estudiar cómo funcionan estos mecanismos abre el panorama en la medicina clínica y ofrece la posibilidad de apoyar con terapia psicológica el tratamiento farmacológico. Incluso de manera preventiva como terapias de relajación, meditación, musicoterapia, ejercicio, apoyo nutricional y control de emociones. 

La mente es sumamente poderosa: así como es capaz de crear trastornos somáticos, en ciertos casos, mejorar nuestra actitud cambia nuestra salud. Una prueba de esto es la risa: reír reduce las hormonas del estrés y mejora el sistema inmune, se utiliza como un aliado en algunos tratamientos y se han visto beneficios en áreas como la psiquiatría, terapia intensiva y otras. 

Recuerda que no todas las enfermedades tienen el mismo origen, ni el mismo tratamiento, dependen de los factores externos e internos, te recomendamos siempre consultar a tu médico.

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