¿Qué causa la TARTAMUDEZ?

¿Por qué tartamudeamos? ¿Hay tratamiento para la tartamudez?

Se cuenta que Demóstenes tenía dificultades para hablar: probablemente tartamudeaba. Con perseverancia y piedritas en la boca logró convertirse en el mejor orador de la antigüedad. El emperador de Bizancio en el año 770 fue Miguel Segundo “El Tartamudo”. Y a principios del Siglo Veinte el Rey Jorge Sexto de Reino Unido, aterrado de hablar en público, recurrió a un logopeda para entrenar su habla y poder declararle la guerra a Alemania de forma elocuente. Como ves, hasta las personas importantes pueden tartamudear.

Tipos

La tartamudez es un trastorno de la comunicación que se caracteriza por la pérdida de la fluidez al hablar. Esta puede ser por re-re-re-pe-pe-pe-ticiones (ejem), llamada “clónica” u por innnnnn-nterrupciones, llamada tónica. Pero la mayoría de quienes la tienen, sufren de la mixta: un po-po-po-co de las ddd-dos.

Frecuencia

Es más común en hombres que en mujeres: de cada 4 personas con esta discapacidad, sólo una es del sexo femenino. Una de cada cien personas padece de tartamudez y es más común en los niños: hasta cinco de cada cien niños la han tenido.

Causas

Aristóteles (quien posiblemente también tartamudeaba) decía que la causa era que “las ideas fluían más rápido de lo que la lengua se movía”. Durante mucho tiempo se pensó que el problema era anatómico: hasta el Siglo Diecinueve los doctores trataban de curarla cortando un pedacito de lengua, dividiéndola o poniéndole prótesis, o tratando de ensanchar el paso de aire a los pulmones.

Es un trastorno complejo que no tiene una causa bien definida. Todo indica que hay una predisposición genética: si tienes familiares que tartamudean, hay tres veces más posibilidades de también tener esa condición. De hecho se ha asociado con errores de copia del cromosoma 12: diez por ciento de tartamudos tienen alteraciones en el gen GNPTAB y ningún no-tartamudo las tiene.

En un cerebro sin trastornos de comunicación, el habla se desarrolla en el hemisferio izquierdo, específicamente en dos zonas: el área de Wernicke, que procesa los significados, y el área de Broca, que se encarga de la gramática. Juntas forman el “circuito del habla”. Pero, para poder hablar, también necesitamos mover músculos: para eso interviene la corteza motora: el circuito del movimiento. De la articulación de estos dos circuitos surge el habla. Pero en las personas con tartamudez se ha encontrado que el procesamiento ocurre menos en el lado izquierdo del cerebro ¡y más en el lado derecho! Esto dificulta el enlace entre los dos circuitos, lo que pone a trabajar intensamente al cuerpo calloso que conecta los dos hemisferios.

Más aún: este “cambio de lado” pone en contacto el procesamiento del habla con las partes del cerebro asociadas con las emociones.

Recomendaciones

Sabemos que la tartamudez no es causada por ansiedad o timidez, pero sí que tartamudear provoca vergüenza y miedo, lo que lleva a la ansiedad y timidez, y eso puede agravar el trastorno y afectar severamente el estado emocional de las personas. Por eso es importante no regañar a los niños que la padecen ni tratar de obligarlos a hablar en situaciones estresantes.

Esta condición suele aparecer entre los dos y los cinco años de edad y la mayoría la suelen superar después de los 10 años sin necesidad de tratamiento alguno: sólo con paciencia y comprensión. Si después de esta edad persiste la tartamudez -y se nota porque los niños empiezan a desarrollar estrategias para evitar hablar o decir palabras difíciles-, es posible la recuperación siguiendo estos consejos:

  1. Hablar abiertamente de la tartamudez, evitando burlas y regaños.

  2. Tomar en cuenta que el proceso seguramente será largo y paulatino

  3. Procurar la relajación. Propiciar la conversación en ambientes tranquilos y escuchar con paciencia, dejando que el niño se exprese.

  4. Es posible pedir ayuda logopédica o a un fonoaudiólogo. Éste seguramente recomendará un tratamiento que indique hablar de manera lenta y continua, controlando la respiración para mejorar la fluidez.

Es curioso que la fluidez mejora bastante cuando la persona habla al unísono con otras personas. Por eso se inventó un aparato que ayuda al tratamiento “haciéndole coro” a los pacientes… algunos de los cuales han mostrado mejoría (pero faltan pruebas concluyentes).  

Es importante decir que la tartamudez no es signo de discapacidad intelectual: quienes tartamudean son tan inteligentes como los demás. El joven inglés Charles Dodgson era tartamudo y quería ser sacerdote, pero para ser sacerdote se necesitaba tener una gran dicción… así que fue rechazado. Entonces se dedicó a la literatura. Se convirtió en Lewis Carroll, autor de la famosa Alicia en el País de las Maravillas, celebrada por su originalidad y su  profundidad intelectual.

¡CuriosaMente!

Créditos

Separador Morado