¿Por qué surgen las FOBIAS?
¿Cuáles son las fobias más raras... y las más comunes? ¿Cuáles son las causas y características de estos miedos irracionales? ¿Tienes una fobia?
¡Aghgggggh! Globos, risas, mosquitos, el viento, el color amarillo, el reflejo. Pueden provocar un miedo intenso en ciertas personas.
Te puede parecer extraño, pero si te pones a pensarlo probablemente tú también tengas un miedo irracional, aunque no llegue al punto de ser una fobia. Alrededor del 10 por ciento de la población adulta tiene una fobia. Son el trastorno mental más común en mujeres de todas las edades y el segundo trastorno mental más común en hombres mayores de 25 años.
Origen y etimología
La palabra fobia viene del griego Fobos. En la mitología griega Fobos es el hijo de Ares, el dios de la guerra, y de Afrodita, la diosa del amor. Fobos es la personificación del pánico y miedo y solía aparecer antes de cada batalla simbolizando el temor antes de la lucha. Fobos acompañaba a su padre a la guerra junto con Deimos, su hermano gemelo que representaba el dolor o la pena.
¿Cómo diferenciar el miedo de una fobia?
Como la mayoría de las personas sentimos miedo, es posible que se confunda el miedo con una fobia. El miedo es una sensación normal que nos permite reconocer un peligro real para alejarnos de él. Es sumamente útil porque nos ayuda a mantenernos vivos. Una fobia no es una reacción normal, sino un desorden de ansiedad. Es el miedo excesivo y desproporcionado hacia un objeto, ser vivo o situación que por lo general, presenta un peligro potencial que puede ser moderado o nulo.
De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, las fobias se pueden identificar por estas características:
1. El objeto o situación se evade activamente, haciendo que la fobia determine; el lugar de trabajo, empleo, los lugares que se frecuentan y las relaciones interpersonales. Una persona con fobias organiza toda su vida pensando en cómo evitar su fobia.
2. La fobia no les permite llevar una vida normal y sus relaciones interpersonales se ven afectadas.
3. El miedo persiste por más de 6 meses.
4. Las personas adultas saben que su temor es desproporcionado y aun así, no pueden controlar su reacción.
5. Siempre hay una expectativa de encontrarse cara a cara con su fobia. Se ha probado que las personas con fobias tienen una baja actividad en la corteza prefrontal y visual, lo que afecta el juicio y el procesamiento visual. Una mirada rápida y un cinturón se puede confundir con una serpiente, o catsup en la playera de alguien con gotas de sangre.
También hay síntomas físicos que indican cuando algo ya no es un miedo normal. Mareos, náuseas, dificultad para respirar, sudoración, aumento del pulso cardíaco, temblores, malestar estomacal, enrojecimiento o palidez y temblor en la voz son los principales síntomas. Generalmente las personas sufren estos síntomas cuando están en contacto con el origen de la fobia, aunque solo pensar en ella puede desencadenarlos.
Casi cualquier cosa o situación que te imagines puede ser la fobia de alguien. Además, lo común es que las personas diagnosticadas no tengan una, sino tres fobias diferentes.
Las fobias más comunes son:
La aracnofobia: casi un 5 por ciento de la población mundial le tiene pavor a las dulces arañitas y suele ser más común en mujeres.
La ofidiofobia, esta fobia es muy curiosa, porque suele haber más personas con esta fobia en lugares donde las serpientes NO son comunes.
El miedo a las alturas es normal, pero la acrofobia puede hacer que evites escaleras empinadas, puentes y elevadores.
También son comunes las fobias a volar, a los perros a las agujas, a ser ignorado u olvidado y la agorafobia que es el pánico a estar en lugares donde te puedes sentir atrapado, desamparado o avergonzado.
Hay ciertas fobias han ido en aumento. Quizá has llegado a sentir ansiedad cuando está a punto de terminarse la batería de tu teléfono, o cuando este no funciona o cuando no podrás estar revisándolo cada 15 minutos. Esta es la nomofobia; 66 por ciento de la población tienen algunas señales de esta fobia, siendo más común en los adolescentes.
Desde el surgimiento del coronavirus se visto un aumento en las fobias relacionadas a los gérmenes y a contraer enfermedades y claro, también surgió una nueva fobia: la coronafobia, que no solo es el temor a contraer el virus, también se relaciona con los efectos adversos que trajo la pandemia: el desempleo, la muerte y la reducción de las relaciones interpersonales.
Algunas de las fobias más raras son:
El miedo a tomar decisiones o decidiofobia, el miedo al dinero llamado crometofobia y hasta el miedo al hielo, la pagofobia.
¿Por qué se desarrollan?
No es de sorprenderse que nuestros miedos innatos, como el miedo a ruidos fuertes, el dolor, la altura y objetos que se mueven rápidamente hacia ti, concuerden con algunas de las fobias más comunes. Incluso se ha visto que las pupilas de los bebés se dilatan al ver fotografías de serpientes y arañas, lo que indica un alto grado de atención y estrés.
Pero no todas las personas desarrollan fobias ¿de qué depende? Y ¿Por qué se desarrollan fobias a cosas tan raras como tomar un baño?
Por ahí de los años 20 el psicólogo John Watson indujo una fobia al “pequeño Albert”, un bebé de 8 meses. Al mismo tiempo que a Albert se le mostraba una rata se producía un ruido fuerte. Albert relacionó la rata con el ruido. Al final del experimento, además de temerle a las ratas, Albert terminó con pánico a otros animales; como a los adorables conejitos, una máscara de conejo y pieles suaves. Este controversial experimento ha sido muy cuestionado porque tenía muchísimas fallas metodológicas y los resultados no son claros. Pero con otros experimentos se ha visto que sí es posible desarrollar fobias por condicionamiento clásico. Un estímulo aversivo y uno neutro se presentan juntos. Después, la sola presencia del estímulo neutro causará una reacción de pavor al asociarse con el estímulo aversivo.
Las fobias también se pueden desarrollar después de un evento traumático.
Y es posible aprender una fobia. Si un infante ve a una persona teniendo una reacción de terror hacia una cucaracha, podría desarrollar blatofobia. A veces no es necesario ver una reacción de terror, simplemente con que alguien te diga que algo podría ser peligroso, como los rayos, tú podrías desarrollar brontofobia.
Se cree que la genética tiene un papel importante en el desarrollo de fobias. Personas ansiosas o con tendencia al neuroticismo pueden desarrollar fobias más fácilmente.
La edad, sexo y factores socioeconómicos también podrían influir. Niños de bajos recursos suelen desarrollar fobias sociales, las mujeres son más propensas a las fobias relacionadas a animales, mientras que los hombres desarrollan fácilmente fobias a doctores o dentistas.
Se ha visto que un mal funcionamiento de la amígdala, que es la estructura encargada de percibir el peligro y reaccionar ante él, propicia el desarrollo de fobias.
Y aunque hay muchos factores, a veces no es posible determinar el origen de la fobia.
Tratamiento
La buena noticia es que es posible tratar las fobias. Se suele usar terapia cognitivo conductual, técnicas de relajación, desensibilización y terapia de exposición. El objetivo es que la persona entienda su temor para poder modificar su conducta. La persona analiza su fobia. Luego se arma al paciente con técnicas de relajación. Después se le pide al paciente que se imagine estar en contacto con su fobia. Poco a poco se le expone al objeto o situación temida hasta enfrentarse directamente. Conforme pasa el tiempo se aprende que no hay peligro y se controla la fobia.
Si tienes una fobia y te quieres deshacer de ella te recomendamos acudir con un especialista y recuerda que; tu salud mental también depende de tu salud física, relaciones sociales, descanso y recreación así que no olvides consentirte.
¡CuriosaMente!