¿Podemos sentir las MIRADAS?
¿Has sentido que te observan? ¿Es cierto que uno se da cuenta cuando nos miran? ¿Puedes sentir cuando alguien te está viendo?
Estás esperando tu autobús y comienzas a sentir un cosquilleo en la nuca; te sientes incómodo, no sabes por qué y de pronto reconoces esa sensación… ¡alguien te está mirando! Volteas a tu alrededor en busca de esos ojos que te miran intensamente… ENTRE APENADO Y ASUSTADO ¡Ay!
Seguro has tenido esta sensación de que alguien te observa y a veces pasa que volteas y descubres que alguien sí está mirándote, ¿acaso tenemos un sexto sentido?
¿Cómo vemos?
Empédocles (je je je, “Empédocles”... ejem) Empédocles creía que nuestra capacidad para ver se daba gracias a que nuestros ojos lanzaban unos rayos. Esta idea conocida como extramisión tuvo muchos seguidores, hasta que varios científicos, desde Alhacén hasta Newton describieron cómo funciona la luz. Hoy sabemos que se da más o menos en el sentido opuesto; los objetos absorben y reflejan la luz y nuestros ojos la perciben. Pero parece que esta idea es algo compleja de entender. Jean Piaget se dió cuenta que muchos niños creen que vemos gracias a que rayos salen de nuestros ojos. En otros estudios se ha visto que adultos, ¡incluso estudiantes de psicología! creían que para poder ver nuestros ojos lanzaban algún tipo de rayos u ondas. Quizá esta idea equivocada de que los ojos emiten rayos o energía contribuye a que el 41 por ciento de los estadounidenses aseguren que tienen escopaestesia, o el poder de saber cuándo alguien los ve.
Experimentos
En 1898 el profesor Edward Titchener descubrió que muchos de sus estudiantes creían que podían percibir cuando alguien los miraba por detrás. Ideó varios experimentos y demostró a sus alumnos que no era posible saber cuando alguien te está mirando. Concluyó que lo que generalmente sucede es que, cuando crees sentir que te observan, aunque nadie te mire, volteas buscando una mirada. Tu movimiento capta la atención de otra persona y entonces voltea a verte. Fue tu búsqueda de la mirada la que provocó que te miraran, pero como tú tardas más en voltear hacia atrás que la otra persona en mirarte, tienes la impresión de que ya te estaba viendo y terminas creyendo que puedes sentir las miradas.
Algo así sucede de manera preconsciente:
PERSONAJE 1: Oí a alguien detrás de mí. Quizá me está mirando. Voy a voltear.
PERSONAJE 2: Esa persona de enfrente está moviendo la cabeza hacia acá. La miraré.
PERSONAJE 1: ¡Sí me estaba mirando! Pude sentir su mirada.
También, según una investigación de 2013, somos un poquito paranoicos. Cuando una mirada es ambigua siempre tendemos a pensar que nos están viendo, especialmente por la noche. Parece que pensar que alguien nos ve todo el tiempo es un mecanismo de supervivencia.
Diversos parapsicólogos (o sea, estudiosos de supuestos fenómenos paranormales), no científicos han intentado demostrar que es posible percibir la mirada, pero hasta ahora ningún estudio ha obtenido mejores resultados que el mero azar.
Detección de la mirada
Aunque no tenemos el súper poder de sentir la mirada y realmente no podemos saber cuándo alguien nos observa por detrás sí tenemos un complejo sistema en nuestro cerebro dedicado a la detección de la mirada.
Somos buenísimos para saber hacia dónde se dirige la mirada de alguien y podemos saber si alguien nos observa a la distancia aun cuando su cabeza y su cuerpo apunten hacia otro lado. Todo el tiempo, de forma consciente e inconsciente, estamos examinando qué es lo que están viendo los demás. No es que seamos súper chismosos… bueno nomás poquito, pero la verdadera razón es que hemos evolucionado para ver e interpretar los ojos.
Desde recién nacidos preferimos ver una cara con ojos abiertos y con la mirada sobre nosotros. Los ojos humanos muestran gran parte de la esclerótica, o sea de la parte blanca del ojo y esto nos permite distinguir la dirección de la mirada. Ningún otro animal tiene una esclerótica tan visible; es más, en muchas especies el contacto visual directo es una provocación, pero en nosotros ha evolucionado como una forma de comunicación y supervivencia.
Miradas que hablan
¿No te ha pasado que con solo la mirada puedes tener casi una conversación? Y cuando sí hay una conversación verbal la mirada regula cuándo es el turno de cada quien y te permite saber cuándo hablar y cuándo escuchar.
Si alguien está viendo hacia un punto de manera atenta y con cara de miedo, tú volteas para ver lo que está viendo. Quizá eso representa un peligro para ti también. Los infantes de un año de edad ya saben si pueden o no acercarse un objeto solo observando la mirada y expresión facial que alguien más le dedica a ese objeto. Te sirve para ver si tu hermana ya le echó el ojo a esa galleta que tú te ibas a comer. Y conociendo este pequeño truco tú puedes dirigir la mirada de los demás según tu voluntad.
Los ojos son realmente la ventana del alma, porque podemos adivinar los pensamientos, intenciones y emociones de los demás solo con verlos a los ojos. Además los ojos, junto con las cejas, pestañas y párpados, son el rasgo que más observamos en las personas y el que usamos para identificarlas. Para nosotros la mirada es tan importante que los perros, que han evolucionado junto a los humanos, se han adaptado a vernos a los ojos para comunicarse cuando para ellos la mirada directa es una forma de establecer dominancia.
Y aquí un pequeño consejo: ver a alguien directamente a los ojos te hace ver más atractivo y de confianza… claro con la mirada adecuada.
No importa que no tengamos el poder de sentir las miradas, tenemos el poder de encantar con ella.
¡CuriosaMente!