¿Los trastornos mentales tienen una explicación evolutiva?

¿Por qué la evolución no ha eliminado los trastornos mentales? ¿Tienen alguna ventaja?

1 de cada 4  personas en el mundo padecen uno o más trastornos mentales en algún momento de su vida. Las enfermedades mentales afectan la salud, las relaciones sociales y la felicidad, tanto de las personas que las padecen como de sus familiares. 

Los trastornos mentales son multifactoriales; pueden surgir por situaciones traumáticas, problemas durante el parto, abuso de sustancias, infecciones, daño cerebral y por herencia genética, pero la razón por la cual las enfermedades mentales hereditarias existen es intrigante. La selección natural ¿No debería haberlas eliminado o por lo menos evitado que se hereden? ¿por qué persisten?

Heredabilidad

Médicos y científicos se quedaron asombrados cuando descubrieron que la incidencia de la  esquizofrenia es bastante estable a pesar de que el 81% de los casos tienen un origen genético y que los pacientes tienen menos descendencia que el promedio ¿Cómo era eso posible? Se le nombró la paradoja de la esquizofrenia. Con el tiempo se ha visto que 90% de los casos de autismo, 85% de los casos de desorden bipolar y 37% de los de depresión unipolar se deben a causas genéticas. Esto dejó a los investigadores más extrañados y la paradoja de la esquizofrenia se convirtió en la paradoja de los trastornos mentales.

Medicina evolutiva

En 1995 el médico Randolph Nesse y el biólogo George Williams publicaron el libro: “¿Por qué nos enfermamos?” donde propusieron un nuevo enfoque para estudiar y tratar las enfermedades hereditarias a partir de su origen evolutivo. Esta nueva rama de la medicina es la medicina evolutiva o medicina Darwiniana y aplicada en los trastornos mentales se conoce como psiquiatría evolutiva. Ha  propuesto varias hipótesis sobre la evolución de las enfermedades y trastornos. Estas son algunas de ellas: 

Equilibrio de selección de mutaciones.

Podría ser que las mutaciones surgen tan rápido que la selección natural no puede eliminarlas todas, aunque no se ha encontrado mucha evidencia que apoye esta idea. 

Discordancia.

Otra hipótesis es que los humanos modificamos tan rápido nuestro medio, alimentación y prácticas que la evolución de nuestros genes se ve rezagada. Quizá ciertos rasgos eran benéficos en condiciones pasadas, pero hoy en día son perjudiciales.

La discordancia surge como la explicación a trastornos por consumo de sustancias. Por ejemplo: estudios sugieren que los humanos evolucionaron para aprovechar las propiedades neurotóxicas de la nicotina como una forma de eliminar parásitos: así que probablemente nuestra historia evolutiva nos tienta a consumir ciertas sustancias dañinas que nos ayudaron en el pasado. 

En otras enfermedades genéticas esta explicación queda más clara. Por ejemplo, nuestra capacidad y predisposición de acumular energía para sobrevivir en tiempos de escasez de alimento, es parte de la causa de los problemas de obesidad en una sociedad donde hay abundancia de comida con alto contenido calórico.

Selección estabilizadora.

Las mutaciones son benéficas en formas más discretas. La preocupación nos ayuda a planear el futuro, el miedo a evitar situaciones peligrosas y la tristeza a retraernos para solucionar problemas complejos. El beneficio de estas emociones normales es mayor que el costo y probabilidad de una respuesta exagerada como: la ansiedad, las fobias y la depresión. El investigador Marco del Giudice incluso piensa que el autismo y la esquizofrenia son una reacción incrementada de ciertos comportamientos benéficos normales. Y si lo pensamos bien ¿dónde estaríamos sin rasgos autistas como: la tenacidad y el órden? Aunque no se sabe a ciencia cierta se cree que algunos de los más grandes científicos y artistas eran autistas. 

Pleiotropía antagonista.

Un punto a notar es que la evolución no busca la perfección; la selección natural, que es solo uno de los mecanismos de la evolución, mantiene las mutaciones que llevan al éxito reproductivo y no necesariamente se enfoca en la salud o la felicidad. En ocasiones un gen con una mutación aumenta el riesgo de padecer un trastorno, pero ese riesgo se omite porque esa mutación también confiere un beneficio. Un claro ejemplo es la anemia de células falciformes. Esta enfermedad se presenta cuando ambas copias del gen, la copia heredada de la madre y la copia heredada del padre, tienen la mutación. Pero las personas que tienen un gen normal y el otro con la mutación no sufren: de hecho son más resistentes a la malaria. El riesgo se pasa por alto ya que la mutación trae un beneficio. Evidencia genética sugiere que tener mutaciones en ciertos genes tiene beneficios como una alta capacidad creativa y cognitiva, aunque una excesiva cantidad de mutaciones  en esos genes podrían producir esquizofrenia. 

Subproducto.

A veces las mutaciones perjudiciales no están asociadas a un beneficio, simplemente han sido arrastradas como un polizón junto a otras mutaciones; quizá porque están en regiones cercanas o porque nuestro ADN y rutas metabólicas son muy complejas y hay una superposición de elementos. Por ejemplo: un sistema inmune fuerte es algo deseable para combatir enfermedades, pero un sistema inmune hiperactivo se ha asociado a trastornos mentales como la depresión debido a las vías metabólicas que comparten. Aunque otros científicos creen que la depresión no es un subproducto, sino que es parte funcional del mecanismo de defensa. ¡Qué tal eso! 

Conclusión

Estudiar el origen de los trastornos mentales que tienen un alto componente genético es complicado porque se involucran mutaciones en cientos o miles de genes. Pero, se empieza a ver que lo que se cataloga como un mismo trastorno puede tener diversos orígenes genéticos y ahora comienza a tener sentido por qué un mismo trastorno puede presentarse de diferentes formas. A pesar de que se tiene el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; sigue siendo complicado diagnosticarlos y tratarlos debido a la alta comorbilidad y la falta de biomarcadores. Al final se acaba encasillando a las personas en trastornos poco comprendidos. Las enfermedades mentales son un espectro con diferentes orígenes y por ello su tratamiento debe ser flexible e ir de acuerdo a cada caso. 

La investigación de la medicina evolutiva va en crecimiento y parece tener algunas de las respuestas. Aun así es importante reconocer que las enfermedades y trastornos genéticos son multifactoriales y que la medicina evolutiva no debería reemplazar otros enfoques como la medicina molecular, la biología del desarrollo o la psicología sino trabajar en conjunto para encontrar nuevos tratamientos.

¡CuriosaMente!

Créditos

Categorías

Etiquetas

Otros videos

Separador Morado