¿Por qué nos SUENA el cuerpo?
¿Nuestro cuerpo es una máquina de hacer ruidos? ¿Por qué nos truenan los huesos? ¿Por qué nos zumban los oídos? ¿Por qué nos rugen las tripas? ¿Por qué roncamos? ¿Por qué los cachetes nos hacen "pop"?
Por qué nos zumban los oídos? ¿Por qué truenan los huesos? ¿Por qué nos gruñe el estómago? ¿Por qué roncamos? ¿Por qué puede hacer “pop” la mejilla cuando inflamos un globo? Nuestro cuerpo suele hacer ruidos chistosos.
¿Por qué nos gruñe el estómago?
Cuando tenemos realmente mucha hambre, oímos unos sonidos en nuestra panza que parecen rugidos de animales. Estos sonidos se llaman “borborigmos” (je je je) y realmente no vienen del estómago, sino del intestino delgado.
Nuestro intestino tiene unos movimientos llamados “peristálticos” en los que los músculos se contraen y se relajan para hacer avanzar los alimentos y los fluidos necesarios para digerirlos. Si le pegas la oreja a la barriga de alguien que está haciendo la digestión puedes oír los borborigmos, aunque no tenga hambre. La cuestión es que, acostumbradas a comer cada ciertas horas, las tripitas hacen esos movimientos haya o no haya comida. Cuando el intestino está vacío, al parecer el borborigmo tiene más resonancia y lo podemos oír desde afuera. También el sonido resulta audible cuando algún alimento genera muchos gases y tiene una digestión complicada ¡Augh! Por cierto, la palabra “borborigmo” viene del griego “borborigmos” que significa… “borborigmo”. Seguro le pusieron así simplemente porque así suena: “bor-bor, bor-bor”
¿Por qué roncamos?
El velo del paladar, compuesto de músculos, y la úvula o “campanilla” nos ayudan a que, al tragar, no se nos meta comida en la cavidad nasal, además de que sin ella no podríamos pronunciar muchos sonidos. Pero al dormir este músculo se relaja y puede llegar a bloquear el paso del aire a los pulmones. La vibración del velo del paladar y la úvula es la que provoca este persistente sonido que, además de no dejar dormir a los demás, puede evitar que respires bien. Si despiertas con dolores de cabeza, es posible que el ronquido te esté quitando oxígeno.
¿Por qué nos zumban los oídos?
A veces oímos un molesto: PIIIIIP y sabemos que nadie más lo oye. Este pitido se llama “tinnitus” o “acúfeno”. En la cóclea de nuestro oído interno hay una estructura llamada “órgano de corti”, que tiene unas células que son como pelitos que convierten el sonido en señales nerviosas para llevarlas a nuestro cerebro. Los vellos cortitos están asociados a los sonidos agudos y los vellos largos a los sonidos graves. A veces las células ciliadas se lastiman: puede ser por sonidos fuertes, por alta presión arterial o como reacción a algunas sustancias. Pero el sonido no es causado por la lesión, sino que se trata de un “sonido fantasma” de manera análoga a cómo una persona que perdió un brazo siente una “extremidad fantasma”. En el cerebro, la corteza auditiva detecta la ausencia de ese tono y lo “rellena” con los tonos contiguos. Lamentamos decirte que el acúfeno está asociado con la pérdida del oído, por lo menos de ciertas frecuencias. Puede durar unos minutos ¡o años! Si padeces tinnitus por un tiempo prolongado ¡ve al médico! No sólo es un sonido molesto que puede afectarte psicológicamente, sino que puede ser señal de que algo más anda mal con tu cuerpo.
¿Por qué truenan los huesos?
A veces oímos que los huesos “crujen” cuando los movemos en ciertas direcciones. Lo que suena realmente no son los huesos, sino las articulaciones. Este sonido se llama “crepitus” y puede tener varios motivos.
Uno puede ser que un tendón que estaba fuera de lugar pasa por encima de un hueso y se ajusta repentinamente a su lugar. El golpe genera un chasquido que se oye hasta afuera. La gente que hace ejercicio nota que esto le pasa al colocar los hombros o las rodillas es posiciones poco acostumbradas.
Pero no pasa lo mismo cuando nos jalamos los dedos o nos tronamos los nudillos. Sucede que entre las articulaciones existe líquido sinovial, que ayuda a lubricarlas y suavizar el movimiento. Este líquido contiene nitrógeno y otros gases disueltos. Al separar los huesos, baja rápidamente la presión lo que hace que el gas disuelto se expanda rápidamente y forme burbujas ¡Es como una pequeña explosión! Este fenómeno se llama “cavitación”. Si no te causa dolor, tronarse los nudillos no es peligroso. El doctor Donald L. Unger se hizo crujir sólo los nudillos de la mano izquierda ¡durante 60 años! Nunca le causó dolor, ni artritis ni lesiones de ningún tipo. Ese experimento le hizo ganar el premio Ig-Nobel en el año 2009. Pero si sientes que raspa o causa dolor ¡acude con tu artrópodo! Digo ¡Artrólogo!
¿Por qué pueden hacer “pop” las mejillas?
Hablando de aire, quizá alguna vez te ha pasado que quieres inflar un globo particularmente rebelde y escuchas un doloroso “pop” en una o ambas mejillas. Sucede que nuestra boca no sólo conecta con los pulmones y el estómago: tiene conexión con los oídos. la nariz, y hasta con los ojos. Una conexión en la que no pensamos mucho es la de las glándulas salivales, de las que tenemos tres pares. La más grande se llama parótida y tiene un conducto que hace llegar la saliva a la cavidad bucal, y normalmente sólo funciona en una dirección. Pero si inflamos mucho los cachetes, la presión llega a ser tanta que metemos aire en la glándula y la hace sonar: ¡pop!. Ese aire no debería estar ahí y eso nos causa dolor. Aunque esto no es peligroso de por sí, sí puede causar una condición llamada “pneumoparotitis”, que es la inflamación de esta glándula, y a veces se pueden meter bacterias y causar una infección. ¡Así que mejor no lo intentes! La pneumoparotitis es más común entre trompetistas, sopladores de vidrio y silbadores profesionales.
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¡CuriosaMente!