¿Cómo detectar mentiras? Las Falacias (parte 1)
En discusiones por internet, en discursos políticos y en anuncios comerciales: las falacias lógicas se usan para convencernos de cosas que no son necesariamente ciertas...
Parecen razonamientos lógicos, pero en realidad son patrañas. A veces las oímos en la publicidad, o las leemos en un discurso político, o cuando nos quieren convencer de alguna teoría de la conspiración o tontería pseudocientífica. Muchas veces las usan en contra nuestra en discusiones en Internet ¡o nosotros mismos las usamos! Se llaman “falacias” ¿Cómo identificarlas?
¿Qué es una falacia?
En primer lugar debemos decir que una falacia no necesariamente es una mentira. La falacia es un error de razonamiento: a partir de ciertas premisas se llega a conclusiones que no son lógicas. Si un argumento es falaz llega a una conclusión mediante un razonamiento que no es válido, aunque la conclusión final podría ser, de chiripa, cierta.
Las falacias suelen estar asociadas a intentos de engañar, estafar o por lo menos de ganar discusiones aunque no se tenga la razón. Así que, identificar una falacia es de gran ayuda para detectar una mentira.
Nos basamos en el libro “El mundo y sus demonios” del genial divulgador Carl Sagan, para darte a conocer las falacias que más se usan.
Apelación a la ignorancia.
Se llama también “argumento ad ignorantiam”. Consiste en afirmar que, si algo no se sabe, o no se ha probado que sea falso, debe ser verdadero. Cosa que es totalmente ilógica. Por ejemplo…
ANDRÉS: Hay hombrecitos verdes viviendo en Las Pléyades.
BEATRIZ: ¿Cómo puedes afirmar eso? Ninguna misión ha ido a Las Pléyades.
ANDRÉS: ¡Exacto! No puedes probar que es falso ¡Por lo tanto es verdadero!
En un ejemplo más cotidiano…
ANDRÉS: Esta hierba cura la diabetes…
BEATRIZ: ¿Cómo puedes afirmar eso? No hay estudios que lo hayan probado.
ANDRÉS: Entonces nadie ha probado que no la cura. ¿Verdad? Entonces yo tengo razón.
Argumento de autoridad.
También llamado “argumento ad verecundiam”. Pensar que una afirmación es verdadera sólo porque la pronunció alguien famoso, sabio o incluso experto. Aunque con frecuencia la experiencia y el saber de alguien son buenas credenciales, la autoridad puede estar equivocada:
Porque puede hablar de un tema que no es su especialidad. Por ejemplo:
ANDRÉS: ¡Jim Carrey es un gran actor, verdad! ¡Y muy famoso!
BEATRIZ: Sí, es muy divertido.
ANDRÉS: Yo no vacuné a mis hijos porque Jim Carrey dijo que las vacunas causan autismo.
BEATRIZ: ¡Pero Jim Carrey no es médico! ¿Qué va a saber de vacunas?
ANDRÉS: ¿Cómo puedes estar en contra de Jim Carrey? ¡Fuera de aquí!
Porque puede estar equivocado: sus datos pueden ser obsoletos u otros expertos no están de acuerdo.
ANDRÉS: El Doctor Ramírez tiene 60 años de experiencia y dice que la carne es la única fuente de proteínas ¡si no comes carne te vas a morir!
BEATRIZ: Según muchas instituciones, las nueces, los frijoles, la quinoa y otros vegetales son también fuentes de proteína.
ANDRÉS: ¿Me estás diciendo que el Doctor Ramírez es un ignorante? ¡Él me salvó de la hepatitis cuando era bebé!
BEATRIZ: El Doctor Ramírez seguramente sabe mucho, pero en este tema hay información más actualizada.
Falacia del hombre de paja.
Se trata de dar una versión falsa o ridícula del argumento contrario para poderlo atacar más fácilmente. Por ejemplo:
BEATRIZ: La estrategia de atacar al crimen organizado con el ejército no está funcionando.
ANDRÉS: ¿Dices que no se debe atacar al crimen organizado? ¡Estás a favor de los criminales!
Afirmación del consecuente.
Invertir los términos de un argumento. Por ejemplo:
Todas las ovejas tienen cuatro patas.
Este animal tiene cuatro patas (UN PERRO).
Por lo tanto este animal es una oveja.
Lo cual es absolutamente ridículo, pero caer en esta falacia es muy común. Por ejemplo:
BEATRIZ: Debería haber más control sobre la venta de armas.
ANDRÉS: ¿Sabes que los nazis controlaban la venta de armas? Si tú quieres que se controle la venta de armas, entonces eres nazi.
Argumento circular.
Es un argumento que basa su validez en sí mismo. El ejemplo más evidente sería algo como esto:
ANDRÉS: Este libro fue escrito por los seres de otra dimensión.
BEATRIZ: ¿Y cómo sabes que lo escribieron seres de otra dimensión?
ANDRÉS: Porque lo dice en el libro.
Otro ejemplo:
ANDRÉS: No hay gitanos honrados…
BEATRIZ: ¿Qué tal Manolo? ¡Es muy honrado!
ANDRÉS: ¡Él no es gitano!
BEATRIZ: ¿Cómo lo sabes?
ANDRÉS: Porque es honrado.
Muchas veces los argumentos circulares omiten todo el razonamiento fallido subyacente: se compactan y simplemente se expresan como afirmaciones dogmáticas que no admiten discusión, por ejemplo:
¡La homosexualidad está mal y punto!
Es estúpido creer en la evolución.
Sólo los de mi religión irán al cielo.
Falsa dicotomía.
Es un argumento que presenta dos opciones como las únicas posibles. El caso clásico es “estás conmigo o estás contra mí”, sin admitir puntos intermedios o críticas.
ANDRÉS: ¿Te gustó mi dibujo?
BEATRIZ: Sí, has mejorado en el trazo, pero la anatomía aún no se ve bien…
ANDRÉS: ¡Nunca te gusta lo que hago!
Otro ejemplo:
BEATRIZ: Estoy en contra de que Israel invada Palestina…
ANDRÉS: Entonces estás en contra de los judíos ¡eres antisemita!
O al revés:
BEATRIZ: Israel tiene derecho a ser un estado independiente.
ANDRÉS: Entonces estás en contra de los palestinos ¡Sionista!
Confusión de correlación con causalidad.
Pensar que porque dos fenómenos están relacionados, uno debe ser consecuencia del otro.
BEATRIZ: Un estudio muestra que las personas que usan drogas tienden a tener más desórdenes mentales.
ANDRÉS: Por lo tanto: las drogas causan desórdenes mentales…
BEATRIZ: O, los desórdenes mentales causan que la gente tienda a consumir drogas…
Un curioso ejemplo histórico: la gente de la Edad Media notó que las personas que tenían piojos eran saludables, mientras que los enfermos no tenían piojos. Conclusión: tener piojos te hace saludable. La verdad es que la correlación era al revés: tener buena salud ¡te hace más apetitoso para los piojos!
Estas son sólo algunas de las falacias lógicas en las que se puede incurrir. ¡Usa tu conocimiento para empezar a detectar mentiras!
¡CuriosaMente!