¿Las quesadillas llevan queso?

En este episodio de CuriosaMente tomamos de pretexto el debate de las quesadillas para hablar de la etimología: el origen de las palabras y su resemantización.

Nuestros amigos de Latinoamérica se sorprenderán al saber que hay una terrible guerra en México. Y tiene que ver con la comida. Una quesadilla es una especie de taco que está hecho con una tortilla de maíz doblada y que adentro lleva… bueno, ahí es donde empieza el problema.

Cuando alguien de cualquier parte del país visita la Ciudad de México, llega a un puesto que dice “quesadillas” y pide una…

CLIENTE: ¡Oiga, le faltó el queso!

SEÑORA: ¡Usted la pidió de huitlacoche!

CLIENTE: ¡Pues sí, pero pedí una QUESAdilla!

…. uno puede sentirse profundamente estafado al descubrir que, aunque el taco esté relleno de deliciosos champiñones o flor de calabaza ¡no necesariamente lleva queso!

Los defensores de la pureza, casi todos en el territorio de provincia, argumentan que, si la palabra incluye el lexema "ques-", eso debe indicar que el queso es ingrediente indispensable. ¿Puede haber un “pay de queso” sin queso? ¿Una enchilada sin chile? ¿Una empanada sin pan?

Etimología y definición

Los capitalinos argumentan que con ser una tortilla doblada, y rellena, ya tiene derecho a llamarse quesadilla. Incluso se inventaron la historia de que la palabra no viene de “queso”, sino del vocablo náhuatl “quezaditzin” que significaría “tortilla doblada”. Nada de eso es cierto. Lo que sí es cierto es que la Real Academia Española define la palabra así en su tercera acepción:

Quesadilla: Tortilla de maíz rellena de queso u otros ingredientes que se come caliente.

¿Quién tiene razón?

Ambos bandos.

Resemantización

Lo que sucede es que somos una generación privilegiada presenciando, en vivo y en directo, un fenómeno que ya se ha dado antes en la historia llamado resemantización. Resemantizar significa “cambiar de significado”, y no sucede de repente ni en todos lados al mismo tiempo. En nuestro caso, está sucediendo en cierta región del país, y entra en conflicto con otra parte del país que no ha resemantizado el vocablo (y, por lo visto, que no piensa hacerlo).

Con un poco de estudio etimológico nos damos cuenta de que ¡las palabras no siempre han significado lo mismo! La etimología es una disciplina fascinante que nos permite rastrear los orígenes de las palabras y percibir sus intrincadas relaciones familiares. Pero quien intente usarla para descubrir el "verdadero significado" de ellas, está cometiendo un error.

Ejemplos

Un cuentahilos es un lente diseñado para observar detalles muy pequeños, como rasgos tipográficos. Aunque originalmente se usaba para contar los hilos por pulgada de las telas, actualmente nadie se pelea porque un impresor lo use para medir el tamaño de la tipografía.

El significado original de la palabra película es el de una "capa delgada". Si tu piel está mojada, tienes una película de agua. Una lámina de acetato es una película. Cuando se inventó la cinematografía se usaban películas de celuloide para capturar secuencias de imágenes y, después, por un fenómeno de metonimia, se le llamó “película” a la obra de arte capturada en ese soporte. En la actualidad, la membrana de celuloide ya casi no se usa en las salas de cine, pero le seguimos llamando película a la obra cinematográfica, aunque la veamos en netflix.

Mientras más lejos nos vayamos en la historia, más fácilmente encontramos resemantizaciones. Por ejemplo, ¿quién se acuerda ahora que la palabra auspicio significa "mirar las aves"? Viene del latín auis, "ave" y spicio, observar. Y es así porque en ese entonces se pensaba que en el vuelo de las aves se podía adivinar el futuro. En la actualidad usamos la palabra como sinónimo de pronóstico, y como sinónimo de proteción ("Bajo el auspicio del gobernador", por ejemplo); porque los simpatizantes de los funcionarios romanos que eran elegidos bajo los buenos augurios de los observadores de aves creían que contarían con la protección de ese funcionario.

Así, los de provincia debemos admitir que la palabra quesadilla se ha resemantizado en las regiones centrales de nuestro país, y poco podemos hacer para impedirlo, más allá de continuar con la cruenta y jocosa guerra de memes.

A su vez, la palabra provincia, también viene de tiempos romanos y originalmente designaba las tierras lejanas a Roma pero a cargo de un magistrado romano: pro significa "a nombre de" y vincire "ligar, vincular". La primera provincia llamada así fue Provenza, en Francia.

Por cierto, en Costa Rica, “quesadilla” es un pan relleno de dulce de nuez: no lleva ni queso, ni tortilla.

¡CuriosaMente!


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